sábado, 17 de octubre de 2009

Capítulo 2: Experimentando (5)

A las cuatro de la tarde llegaron Sarah y Pablo. Tras pagarme y darle las llaves, Sarah comenzó a colocar sus cosas en su habitación y por la cocina, mientras Pablo terminaba de subir algunas maletas.

Son las seis cuando terminan de colocar todo.

- Bueno, vamos a hacer unas compras. Nos vemos luego.

- Hasta luego.

Al igual que el primer día, Pablo parece tremendamente serio mientras que Sarah es todo lo contrario.

Tras hora y media jugando en el ordenador, vuelve Sarah sola, con un par de bolsas.

- ¡Hola! Estoy un poco cansada, así que me voy a acostar ya... – menudas horas para acostarse… – ¡Hasta mañana!

Me esperaba poder charlar un poco más con ella para conocerla mejor… Bueno, mañana es otro día.

Apago el ordenador, ceno viendo la tele, leo un capítulo de la novela que empecé a leer hace demasiado (siempre me pongo la excusa de que no encuentro tiempo para leerla) y finalmente me echo a dormir.

[…]

Bien entrada la noche, me despierta un leve pero constante silbido. Pese al sueño, me levanto para intentar encontrar el origen y detenerlo, pues comienza a ser muy molesto.

La persiana está ligeramente subida y la ventana entreabierta. Se que cerré todo bien antes de acostarme, así que… ¿otro sueño? Demasiado realista…

Al acercarme a la ventana algo me resulta extraño en el exterior. Levanto del todo la persiana y compruebo que toda la ciudad está a oscuras. Me espabilo instantáneamente. ¿Qué demonios pasó?

Puesto que se me ha ido el sueño, y me intriga qué habrá pasado fuera, decido vestirme e ir a echar un vistazo. De todas formas, siempre me gustaron los paseos nocturnos.

Al salir de mi habitación el panorama es desconcertante: la puerta de la habitación de Sarah está abierta. Dentro no hay ni rastro de ella. Su ventana está abierta de par en par, dejando entrar el frescor de la noche. Por si fuera poco, la puerta del piso también está abierta de par en par.

Al dirigirme a la entrada compruebo que ni en la habitación de Sarah, ni en la cocina ni en el salón hay nota alguna, todo parece estar tal cual lo dejé. Al llegar a la entrada se me ocurre coger el móvil, así que regreso a mi habitación, enciendo el móvil y… ¿¿no hay cobertura??

Salgo del piso algo apurado. Al bajar compruebo que las puertas del segundo y primer piso también están abiertas, y tampoco parece haber nadie dentro de dichos pisos. ¿Pero qué demonios pasa aquí? Joder, algo tan importante como para que toda la gente abandone sus casas deprisa y que deje la ciudad a oscuras… Debería haberme enterado. Suelo dormir profundamente, pero esto es absurdo…

En la calle no hay la menor brisa. Es una noche es fresca, como es propio del otoño. No veo nada hacia la Plaza de Pontevedra, creo que si me dirijo hacia la costa podré ver más a lo lejos, quizás así me sea más fácil encontrar a alguien. La calle está completamente desierta, y lo más llamativo es que apenas hay coches aparcados…

jueves, 1 de octubre de 2009

Capítulo 2: Experimentando (4)

-Hola. Parece que nos quieren hacer esperar, ¿eh? – el chaval se debe considerar bastante gracioso - ¿tampoco conoces a nadie por aquí? Me llamo Sebas, encantado – extendiendo la mano hacia mí.

Vaya… La gente tan directa me suele resultar molesta, y presentarse de manera tan brusca hasta es algo violento. Sin embargo este chaval me parece que me va a caer bien. Pelo corto engominado, camiseta de Magic: The Gathering y pegatinas frikis varias en la carpeta.

-Encantado… – le doy la mano – Yo soy David… Sí, no conozco a nadie, pero bueno… así también es más emocionante supongo.

-Nah, tonterías. Lo mejor de la vida de estudiante es estar con los colegas, ¿o no?

Eso dicen…

-Puede ser… Bueno… ¿eres también del grupo B?

-Sí, he oído que la asignatura esta…

Al final la mañana pasó volando. Las presentaciones fueron, salvo alguna excepción, bastante escuetas. La mayoría de profesores mantienen la clásica idea de que el primer día no se trabaja… y los que no, ya se les ve que van a ser duros.

La primera clase empezó poco después de conocer a Sebas y al final la increíble habilidad de éste para hablar constantemente hizo que la mañana pasase volando. No me esperaba hacer amigos tan rápido.