martes, 27 de enero de 2009

Capítulo 1: Adquiriendo Conocimiento (5)

Me encuentro en la playa, pero no la que hay cerca de mi piso, sino en la que hay frente a la antigua casa de verano de mis padres, sentado sobre una roca en el borde de la playa, dónde la arena deja paso a la tierra fértil.

El sol parece que hace poco que ha salido. La brisa fresca golpea mi cara y mis brazos, pero la sensación se mezcla con el calor de los rayos de sol, resultando agradable.

De pronto, escucho un graznido a mi espalda. Hay un cuervo picoteando los restos del desayuno de alguien. La visión me resulta extraña, empiezo a sentirme algo desorientado y no logro recordar cómo llegué hasta aquí.

crow

Tras comer las migas, el cuervo levanta la cabeza y se queda mirándome, pegando pequeños movimientos bruscos de cuello para cambiar su punto de vista. Pega un par de saltos hacia atrás, vuelve a girarse para verme y pega un graznido. Un comportamiento bastante extraño para un animal salvaje. Confundido, sigo mirándolo, esperando a ver qué hace. Unos segundos después vuelve a alejarse unos metros dando pequeños brincos, se vuelve a girar y nuevamente emite un graznido.

Me da la sensación de que quiere que lo siga, pero el mismo hecho de que se me ocurra semejante posibilidad me resulta ridículo. Pese a ello, puesto que la playa está desierta, decido dejarme llevar por mi curiosidad y seguirlo sin cuestionármelo demasiado.

Sigo sintiéndome raro. Tengo una extraña sensación, algo no está bien. Ya se que el hecho de estar aquí y no recordar cómo llegué, ni que día es ni nada ya es suficientemente raro, pero hay algo más, no se describirlo…

jueves, 22 de enero de 2009

Capítulo 1: Adquiriendo conocimiento (4)

Llegué más temprano de lo que pensaba. Como es el primer día, todavía no calculo bien el tiempo que me lleva coger el autobús y llegar a la facultad.

facultad

El edificio a simple vista no parece demasiado avanzado tecnológicamente hablando. Por fuera, la fachada blanca termina con unas paredes recubiertas de piedra en la parte más baja. En la parte central hay una gran cristalera que deja ver desde el exterior las escaleras principales. Quizás el detalle más curioso es que a lo largo de ésta sobresalen unas púas metálicas tanto hacia fuera como hacia dentro. Estos edificios siempre acaban teniendo sus toques extravagantes supongo.

El interior es mucho más mundano. Unas mesas con sillas en la planta baja (con enchufes para los portátiles) y una cafetería en la primera planta. Por lo que he visto en internet antes de venir, debería haber varios laboratorios con ordenadores. Me pregunto cómo serán. Al pensar en hacer prácticas en un laboratorio, me vienen a la mente imágenes del típico químico con su material especializado haciendo pruebas raras.

Todavía falta algo más de media hora para entrar en el salón de actos y asistir a la presentación, pero ya hay mucha gente paseando por aquí. Creo que se nos reconoce bien, somos los que andamos por ahí con cara de ilusionados y con unas pizcas de orgullo. Como era de esperar, ni una cara conocida entre la multitud.

Tras dar una vuelta por los dos pisos superiores (consistentes en un largo pasillo con aulas a ambos lados, nada que destacar salvo una sala de fotocopiadoras en la tercera y última planta), decido volver e ir tomando asiento, ya sólo faltan diez minutos.

Veo pequeños grupos de gente que ya se conocía, preguntándose entre ellos cómo será todo, y haciendo ya planes. Tras unos minutos descubro que la mayoría en realidad también acaba de conocerse, algunos son bastante extrovertidos y empiezan a forjar amistades ya el primer día. A mí siempre me resultó violento empezar a hablar con alguien que no conozco sin tener un motivo, tampoco creo que sea un gran problema…

Finalmente, un grupo de personas rondando los 40 baja por un lateral de la sala y toma asiento en la mesa de ponencia…